viernes, 30 de diciembre de 2011

Como el turrón

Estamos de vacaciones navideñas. Hemos vuelto a casa por Navidad unos días. A la vuelta nos espera el último tramo de nuestra aventura.

Felices fiestas y sobretodo, que tengáis cada día del año algo por lo que sonreír.


Yas
Carmen
Sami

lunes, 5 de diciembre de 2011

Viaje a nuestra ciudad

Otra aportacion de nuestros queridos visitantes: Guille!


Después de casi diez horas de viaje y un taxi, un autobús, un tren y un avión llegamos a Praga. Y allí estabais vosotras con un cartel de bienvenida y vuestras alegres sonrisas ofreciéndonos vuestra hospitalidad y un buen bocata de jamón y queso.

Mi primera hora en Praga fue caótica. La suave fragancia a bebe (de una famosa colonia de la cual no diré el nombre por no hacer publicidad gratuita) impregno toda mi ropa de su suave esencia. Siempre recordaré que si hay que llevaros alcohol, mucho mejor llevar ron que colonia. Por si esto fuera poco, la prisa de un simpático conductor de autobús hizo que fuese ciego el resto del viaje sin aún haber probado gota de alcohol. Por suerte, encontré el cristal que se cayó antes de que alguien la chafara. A partir de ahí todo fue perfecto.


La primera vez que entramos en la residencia lo hicimos con cautela y disimulo para que no se dieran cuentan que había dos nuevos residentes en Hostivar. Después de cuatro días allí puedo decir que en la recepción no se enterarían de una explosión nuclear en la puerta de la residencia. El ascensor daba un poco de miedo y solía quedarse enganchado entre dos plantas. Vuestra habitación está muy bien, toda lleva de códigos de barras y sirve para estudiar, desayunar, cenar, preparar la comida… ¡Una habitación multiusos! Eso sí, si un día sois más de lo normal, en un momento montáis una mesa con un tablón y un cenicero, ¡Qué barbaridad!

Me sorprendieron mucho los horarios de comida allí. Algún día desayunamos mientras estaba oscureciendo, nunca comimos más pronto de las 15.30 y casi siempre cenamos rondando la media noche. Probamos comidas típicas de allí: perritos calientes, pizzas, hamburguesas, macarrones… Lo típico. Me gustó mucho la cerveza, que nunca faltaba en la habitación. Visitamos un lugar donde los trenes iban llenos de rica cerveza negra, probé el mojito checo, batidos de gran tamaño…

Vivíamos con miedo a perderos de vista y no saber regresar a casa. Por eso grabamos en nuestra memoria los números 22 y 26. En el trasporte público pasamos muchas horas. Sufrimos la amabilidad de una cajera que se negaba a darnos cambio para comprar los billetes, vimos tullidos, cojos, niñas que se burlaban en la cara de la gente, revisores, policías y más cojos. Sobre todo cojos. Estuvimos tanto tiempo en el tranvía que nos dio tiempo a dormir e incluso a firmar algún tratado de paz.

También tuvimos tiempo de visitar Praga: el Castillo, el Puente de Carlos, el barrio judío, la Catedral de San Vito, vimos el show del reloj astronómico , vimos como la navidad iluminaba la Plaza de la Ciudad Vieja, nos enseñasteis los grafitis más curiosos, el puente donde las parejas atrapaban su amor con un candado. Subimos a lo más alto de Praga, donde las vistas de la ciudad daban vértigo; bajamos a lo más profundo del metro, donde unas escaleras se pararon de golpe dificultando nuestro avance. Buscamos la foto perfecta y fue un japonés quien nos la hizo. Calculó la velocidad del aire, la intensidad de la luz, buscó el ángulo perfecto y nos inmortalizó con Praga a nuestra espalda.

Las noches fueron mágicas. Nos dimos cuenta que la mejor forma para dormir iba a ser viendo Isi Disi. Cantamos Hakuna Matata en varios idiomas. Nos convertimos en partes del cuerpo, mares, dinosaurios, posturas sexuales, personajes de Doraemon, los Beatles, comidas (aunque a uno que yo me sé no le hacía mucha gracia) los pecados capitales y hasta nos cambiamos los papeles entre nosotros. Nos contasteis curiosas historias entre X, Y y Z. Contestamos a
extrañas preguntas con sorprendentes respuestas. Viajamos en tranvías donde nunca llegaba la parada en la que había que vaciar la vejiga. Fuimos a una iglesia donde el vicio y el pecado era el padre nuestro de cada día. Y sobre todo, antes de cerrar los ojos, las risas eran eternas e impedían que el sueño nos venciera.

Tanto esquivamos a la triste y temida despedida que apuramos a la última llamada de nuestro vuelo de vuelta a casa para ir a la puerta de embarque. Cerca estuvimos de perderlo.

Gracias a las tres por estos cuatro días en Praga. Fueron estupendos. Y si alguna vez vuelvo a Praga no será lo mismo porque, para mí, Praga sin vosotras pierde parte de su encanto.

Guille


GRACIAS QUERIDO DOCUMENTALISTA

Yas
Carmen
Sami

viernes, 2 de diciembre de 2011

Las 3 princesas guerreras

Cortesía de nuestro Álvaro =)


Cuando fui a Praga me recibieron tres princesas. Ellas me enseñaron el Puente de Carlos. Iluminaron mis días checos y me guiaron por el barrio judío. Pero no eran ese tipo de princesas que estás imaginando, por la noche eran guerreras: implacables con los pumas y ardientes en la oscuridad. Me protegieron en los largos y complicados trayectos, me ofrecieron un lecho caliente donde dormir y velaron porque no perdiera mi humor.


Cuando amanecía podía ver su castillo, majestuoso e imponente, al ocaso contemplaba su transformación mientras me escoltaban en mis compras para que no me timaran. Las mañanas eran perfectas, no me despertaban de forma brusca y me ofrecían sus instalaciones y manjares. Al anochecer me ofrecían sus jarras mientras platicábamos para deleitar mi paladar y mis oídos. Vi a lugareños ensayar una obra de teatro, una lente saltar de unas gafas y una botella casi vacía impregnar vesitudras de un agradable aroma.


Con la luna vi profanar iglesias y un tétrico reloj astronómico sonar. Con el sol, cuando la niebla lo permitió: a dos dictadores miccionar, y a una gran torre que pude escalar. Sobre el río, me otorgaron la oportunidad de pedir un deseo...


Allí estaban, una con su mirada arrebatadora, otra con sus dulces movimientos y la de la sonrisa de platino. Cualquiera diría que eran tres princesas a rescatar y estaría lejos de la realidad, son ellas las que te rescatan a ti. Fuertes, autosuficientes e independientes, las vi multiplicarse en una sala repleta de espejos. A la de la fragancia cautivadora, a la de la piel aterciopelada y a la de la suave voz. Sus cabellos azabaches se mezclaban en un maremágnum de belleza comparable sólo con la del cristal de bohemia. Eran una paradójica mezcla de caos y orden, imposible no caer hipnotizado ante la sensualidad que desprendían.


Por eso creo que lo soñé todo, porque fue demasiado bonito, demasiado bueno como para que mi sencilla vida mortal viera jarras de cerveza llegar en vagones de tren, para que sintiera la fuerza de aquellos candados sobre mí, para que aquel muro pintado fuera real. No encuentro explicación lógica a aquella atracción por el Moldava que hizo que brotaran mis lágrimas, ni argumentos para entender un bienestar y una diversión semejante.

De cualquier modo, realidad o ficción, ha sido la influencia que hoy se ha transformado en el inicio de esta historia. Todas las noches, desde entonces y con nostalgia, cierro los ojos esperando volver a Praga con ellas.

Gracias guerreras.


Gracias a ti ;)


Yas
Carmen
Sami

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Apraga y vámonos

Cantamos esta canción por una monedita,
 No es pa drogaina ni pa hacer turismo,
Es que queremos lana, que no es lo mismo,
 Para tatuarnos en la piel una bufandita

 Alquilamos un palacio de los de las revistas
pero nuestro checo aún no era fluido
 y nuestro refugio es un zulo con vistas,
 pero que no nos quiten lo vi(/be)v(/b)ido.

Como en todos los cuentos somos tres princesas,
Una que se indigna 15 veces, una torturada por los deberes,
y una que en toda foto desenfunda mil sonrisas
 que venimos desde muy lejos, allende los mares,
de un país muy pobre, donde hay fallas y altares,
y un Poli que viene a ser como Lourdes: hay curro si crees

En las ventanas dibujamos bohemios sueños
 Y en un bitácora de un barco que naufraga
donde los pescadores de Face vienen hasta Praga
 a cazarnos en redes con termómetros pequeños

 Cantamos esta canción por una limosna,
Y porque en checo no rima bien Sabina.
 Somos mochileras y viajamos por Europa,
y si se acerca un checo feo le decimos: “-Gueroooopa!”

El frío es un San Bernardo que nos ofrece vodka en la nieve
Y cuando se le acaba, pues llama a un contacto de Polonia,
y que ya se destila su propia agua de crakovia
y con una guitarra habla del cuero en cualquier rave

Obsequio de: CANCIONESENDIEZMINUTOS S.A


Graaaaciaaass Isra!!!! =)


Yas, Sami y Carmen

lunes, 14 de noviembre de 2011

Mochileras por Europa

Después de la espera un poquito de aventuras.


Hace 3 semanas descubrimos un pueblo cerca de Praga que se llama Karlovy Vary, y como nuestra querida Patri tiene una amiga que es del pueblo, allá que nos plantamos l@s loc@s de Hostivar. Hacía más frío que en Praga pero unos chupitos de la tipica bebida de alli llamada Becherovka, unas fotitos de risa y una buena comida hizo un domingo para repetir.











Una semana después nos esperaba el viajecito a Viena =) Un viaje bastante bilingüe pues éramos las únicas españolas junto con Patri. Una mezcla fantastica de culturas, franceses, bulgaros, portugueses e italianos. Aprendiendo más inglés, diferencias y similitudes sobre los países. Nos quedamos con el momento del autobús en que un italiano, un portugues y Sami empezaron a decir los números cada uno en su idioma para darnos cuenta, más si cabe,de la similitud de las lenguas latinas. Un frikada si, pero un momento para recordar.







En 2 semanas 3 países, ya no sabemos si vamos o venimos, si pagamos en coronas, zlotis, o euros, o si escuchamos polaco, checo español o ingles. 5 horas de trayecto por aquí, 10 horas por allá durmiendo con sacos en el suelo del tren...lo típico!


Y por último, uno de los mejores, por no decir el mejor viaje eramus que hemos hecho. Ir a visitar a nuestras ratitas a Polonia :P. Hemos estado en la mansión de Marga, Ferre y nuestra nueva amiga, Andrea. Gracias una vez por la acogida, sentimos dejaros la casa loca. No olvidamos los chupitos de vozka y los bailes preparados en la entrada de la casa jajaja.
Krakow tiene un encanto especial, una gente amable y unos rincones preciosos donde poder tomar algo tranquilamente. Os echamos ya de menos y os esperamos en Praga. Os toca mover ficha =)










Ferre gracias por convencernos de visitar Zacopanec. Precioso pueblo de montaña y buena comida para terminar.


Un beso a nuestr@s lector@s.


Yas, Carmen y Sami









domingo, 23 de octubre de 2011

Casi un mes



Primeras cenas en la residencia

Ahora que casi ha pasado un mes podemos decir que somos residentes en esta preciosa ciudad. 
Los primeros días fueron un lío académico; de relaciones internacionales a hacernos la famosa ISI card (carnet del estudiante con magníficos descuentos), obligadas a hacernos la tarjeta de transporte, pagar el mes de la resi e investigar los supermercados más cercanos y como no, más baratos.

Con el paso de los días, hemos ido adquiriendo nuevas habilidades culinarias, "académicas" y festeras (algo que aquí abunda). Cambio de mentalidad, aqui se sale mas entre semana que en finde pero los español@s nos hacemos notar! 
Formamos ya parte de una pequeña familia, y como bien sabéis en todas las casas cuecen habas, jeje.

Nos despedimos con la promesa de más: Sandra, Carmen y Yas.